Los encargados de abrir la primer edición del Mastai, fueron ni mas ni menos que La Chilinga, la escuela de murga del ex baterista de los piojos, Daniel Buira; La que faltaba banda de miky, ex bajista de los piojos y Jauría la nueva banda de Ciro Pertusi.
Con una puntualidad admirable le siguieron el tren los uruguayos de la vela puerca para tocar temas de su ultimo disco (Piel y Hueso) y clásicos infaltables como: De atar, La Sin Razon, Doble Filo, El Profeta y Zafar.
El encargado de tomar la posta de lo que seria el principio del cierre de la jornada fue nada mas y nada menos que Ciro, el ex cantante y lider de Los Piojos y tercer ex integrante de la banda de palomar que asomaba por el escenario.
Presento por primera vez temas de su nuevo disco "27", astros fue el elegido para abrir el show, pero también dejo en claro que el pasado esta mas presente que nunca y toco temas como Taxi Boy y junto con miky hizo sonar los clásicos piojosos como Cruel, El Farolito y Muevelo dejando la puerta abierta para un esperanzador regreso, que como todos sabemos no pasara por lo menos por un largo tiempo.
A casi un año de su último show en Buenos Aires, Manu Chao volvió a nuestro país para cerrar el Mastai a pura música y energía. El amor incondicional del público por el francés se demostró pocos minutos antes de que suene la alarma y Manu se suba al escenario. El predio –que había tenido algunos huecos durante la tarde- estaba completo y no entraba ni un alfiler. La energía era muy particular. Se podía sentir a kilómetros que lo que estaba por suceder iba a ser especial… Algo diferente… Y Manu no defraudó.
La nueva faceta del francés –que la había presentado en el Malvinas hace exactamente un año- es más reducida que el clásico Radio Bemba, pero suena más compacta, potente y enérgica que la que lo acompañaba en sus primeros años solista. Sus cambios de ritmo, pasos y sonidos destilan una poderosa energía que conquista y se transporta por todas las almas, corazones y cabezas que la escuchan.
Mr. Bobby, Día Luna… Día Pena y Por el Suelo sonaron antes de que Manu invitara a integrantes de “Sí a la vida, no a la mina” para que le contaran a la gente la incansable lucha que están teniendo para cuidar el medioambiente. “El agua es del pueblo, el agua no se negocia” gritó una de las chicas arriba del escenario segundos antes de que la guitarra acústica le diera inicio a Clandestino.
Fueron más de dos horas llenas de música y energía cortesía del francés más argentino de todo el mundo. Clásicos como Bongo Bong, Bienvenida a Tijuana, Machine Gun y Rumba de Barcelona fueron parte del interminable set que preparó Manu y que estuvo lleno de falsas despedidas e impresionantes cambios de ritmo.
Pinocchio y su eterno coro cerró la primera edición del Mastai. Ahora, y después de años de espera, San Pedro volvió a tener un festival. Ahora, San Pedro tiene rock.
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